Los perfumes amaderados son fragancias elegantes, profundas y persistentes. Evocan un carácter tranquilo, confiado, cálido y extrovertido y tienden a ser lineales en cuanto a la madera se refiere, algunas de sus esencias más destacadas son: sándalo, cedro, oud, abedul, así como esencias de musgo, vetiver (una hierba de raíces), pachulí, resinas y bálsamos, las cuales se combinan generalmente con notas cítricas, aromáticas, frutales, especiadas, herbales o de musk para darles un aire de elegancia.

Suelen ser perfumes para hombre, debido al carácter varonil de sus notas, aunque en ocasiones suelen incluirse algunas de ellas en los perfumes femeninos para darles un halo de misterio y elegancia. De hecho, en el 80% de los perfumes que actualmente se encuentran en el mercado encontramos alguna nota de madera.

Los olores aromáticos generalmente están compuestos de hierbas aromáticas como salvia, romero, comino, lavanda geranio, albahaca y plantas picantes que a su vez son complementadas con notas cítricas y especiadas.

Estos aromas se complementan con notas amaderadas. A veces, las fragancias aromáticas incluyen matices de musgo, pachuli y notas balsámicas, que aportan calidez a la composición.

Su carácter es vital, asertivo y tenaz. Evocan lucidez, vigor y familiaridad. En su gran mayoría los aromáticos son perfumes para hombres y huelen deportivo y fresco.

Esta familia de fragancias tiene más del 50% de la cuota del mercado de perfumes para hombre.